Siempre tuve una acusada querencia por los cómic de Robert Crumb. Por ese trazo tan personal y su mundo underground. Hacía, con todo, muchos años que no me reencontraba con este autor norteamericano nacido en 1943. Hace unos meses me topé con su última publicación, “Kafka” (La Cúpula 2010), un recorrido gráfico por la obra y la vida de este imprescindible escritor checo. Crumb es fiel a sus esencias y no deja de ser bastante llamativo que alguien que levantó en su día las iras feministas, que fue calificado de obsceno y antisistema se haya centrado en sus últimas publicaciones en un estudio del Génesis bíblico (La Cúpula 2009) y ahora en el autor de La Metamorfosis. Respecto a su ilustración del Génesis el resultado es... bueno, he de reconocer que me parece incalificable y sorprendente. Tiene la virtud de mostrarnos el relato bíblico como lo que es: la cosmovisión de un pueblo de pastores que habitó un territorio de lo que luego se llamó Judea y cuyo triunfo posterior todo el mundo conoce. La lectura de Crumb, aunque muy respetuosa, no vayan a pensar mal, está teñida de una saludable iconoclastia.
Robert Crumb ha sabido sumergirse en el mundo de Kafka y con la colaboración David Zane Mairowitz (autor del texto) ha preparado un libro tremendamente sugerente. Una interpretación personal de la obra del autor checo-alemán que refleja una gran identificación con el mismo. Para quienes caímos en su momento en el influjo de Kafka este libro es una cita obligada. Aunque Praga juega un papel ambivalente en la obra y vida de este autor es indudable que hay toda una topografía kafkiana en esta vieja capital europea. Praga te atrapa y en mi caso no fue una excepción. Esta Praga misteriosa se ve reflejada en la visión de Crumb. Pero también, y como no podía ser menos, las obsesiones, complejos y la complicada relación con el judaísmo de Franz Kafka son objeto de análisis en este libro-cómic. Al final, con mucho juicio, advierte contra la trivilización y comercialización del fenómeno Kafka, algo, curiosamente, que estaría en las antípodas de lo que fue la vida y obra de este enigmático personaje. ¿Seguirá Crumb deparándonos entusiamantes sorpresas como esta?
Robert Crumb ha sabido sumergirse en el mundo de Kafka y con la colaboración David Zane Mairowitz (autor del texto) ha preparado un libro tremendamente sugerente. Una interpretación personal de la obra del autor checo-alemán que refleja una gran identificación con el mismo. Para quienes caímos en su momento en el influjo de Kafka este libro es una cita obligada. Aunque Praga juega un papel ambivalente en la obra y vida de este autor es indudable que hay toda una topografía kafkiana en esta vieja capital europea. Praga te atrapa y en mi caso no fue una excepción. Esta Praga misteriosa se ve reflejada en la visión de Crumb. Pero también, y como no podía ser menos, las obsesiones, complejos y la complicada relación con el judaísmo de Franz Kafka son objeto de análisis en este libro-cómic. Al final, con mucho juicio, advierte contra la trivilización y comercialización del fenómeno Kafka, algo, curiosamente, que estaría en las antípodas de lo que fue la vida y obra de este enigmático personaje. ¿Seguirá Crumb deparándonos entusiamantes sorpresas como esta?
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