miércoles, 29 de julio de 2009

Acción Solidaria (4) Premio para Música Solidaria

Acabo de enterarme de que el Gobierno de Canarias ha concedido el Premio Joven Canarias 2009 al proyecto “Música Solidaria”. Es una muy agradable sorpresa por muchos motivos. En primer lugar porque a pesar de que esta candidatura venía avalada por la Universidad de La Laguna y la Asociación Canaria de Enseñantes por la Paz y la Solidaridad (ACEPS), entre otras instituciones, pocos confiábamos en que este premio fuera a materializarse. Música Solidaria es una experiencia de integración de menores inmigrantes no acompañados a través de la música. Jóvenes procedentes en su mayoría del Magreb y del África Subsahariana forman una agrupación en la que tienen la oportunidad de desarrollar su tradición musical y mostrarla al resto de la sociedad canaria. A través de esta experiencia jóvenes canarios e inmigrantes han podido encontrarse y conocerse. Ya se sabe que no hay nada mejor para derribar prejuicios y barreras culturales que el ejercicio conjunto de la música.
La extrañeza de que el Gobierno de Canarias se haya inclinado por esta candidatura parte del tratamiento que aquel viene haciendo del fenómeno de la inmigración irregular en general y de la acogida de menores inmigrantes no acompañados en particular. Además de convertir este drama en una cuestión de cambalache político con el resto del Estado, se ha mostrado bastante cicatero con los medios que dedica a estos jóvenes y ha lanzado mensajes contradictorios (por calificarlos suavemente) al conjunto de la población. Esperemos que este premio augure un cambio de actitud en el futuro y felicidades a los promotores del proyecto “Música Solidaria”.

viernes, 17 de julio de 2009

II Guerra Mundial (3) Terezin

El pasado verano tuve la oportunidad de visitar Praga, una de las capitales centroeuropeas que más huella me han dejado. Como siempre tengo los sistemas de alerta bibliográfica conectados compré en distintos lugares bastante material sobre el campo de concentración de Terezin (Theresienstadt en alemán). No hice una visita al campo (o gueto pues la terminología es confusa) distante a unos 50 km de Praga, cosa de la que me arrepentí enormemente a posteriori. Hasta ese momento Terezin no era para mí sino un nombre más en la larga y siniestra lista de campos de concentración habilitados por los nazis. Cuando a la vuelta del viaje empecé a leer las guías, mapas y libros que adquirí percibí de inmediato la peculiaridad de este campo. Ya había tenido una primera aproximación cuando pude ver en la Sinagoga Pinkas, con toda emoción, la dramática exposición de dibujos realizada por muchos de los niños internos rescatada posteriormente para la posteridad.
Terezin no fue ni mucho menos el peor de los campos nazis pero en cierto sentido fue uno de los mayores monumentos al cinismo nacionalsocialista. Desde el principio fue clasificado como un campo para “judíos preeminentes”. La idea era confinar en él, al menos provisionalmente, a judíos destacados por su calidad de artistas, músicos o con contactos internacionales. Se orquestó una enorme operación de propaganda con el objetivo de hacer creer a las delegaciones extranjeras que el trato que los nazis daban a los judíos era humano y hasta en cierto sentido amable. Aparentemente Terezin estaba gobernado por un Consejo Judío, poseía un banco con moneda propia, cafés, tiendas y orquestas de distintos tipo. Esto no era sino un decorado vacío que se ponía en marcha cuando acudía alguna delegación de la Cruz Roja Internacional o de algún país neutral con el fin de realizar una inspección. Por supuesto, la red de campos de concentración y de exterminio repartidos por toda Europa estaba vedada a estas inspecciones. De hecho, Terezin fue sometido a un “Plan de embellecimiento” con el fin de mantener las apariencias. Las condiciones reales de vida de los judíos estaban tan marcadas por las penurias, las humillaciones y la brutalidad como cualquier otro campo de concentración. Los nazis llegaron incluso a realizar una película propagandística titulada “Hitler regala una ciudad a los judíos” filmada en Terezin y de la que aún se conservan fragmentos. En ella los judíos eran obligados a actuar de felices habitantes de una pequeña ciudad en la que supuestamente disfrutaban de muchas comodidades. Muchos de ellos fueron, una vez acabada la grabación, deportados a Auschwitz.
Por este campo pasaron una amplia nómina de personas relevantes en su ámbito de trabajo. Abundaron los músicos y los escritores. Hay dos personajes que me gustaría destacar: Ilse Weber y Rafael Schächter. La primera fue una compositora y escritora judía que fue internada en Terezin junto a uno de sus hijos. Consiguió enviar al mayor a Suecia antes de ser detenidos. En Terezin trabajó en la enfermería pediátrica durante dos años. Siguió componiendo canciones y nanas y se dice que cuando fue finalmente deportada a Auschwitz arropó a los niños y les cantó una de sus nanas mientras se dirigían todos a las cámaras de gas. Rafael Schächter fue un director de orquesta que a partir de una sola partitura y de un piano sin patas encaró la impresionante empresa de interpretar el Requiem de Verdi con un grupo de coralistas a los que les hizo aprendérselo de memoria. Los nazis encontraron una nota de humor negro en el hecho de que unos judíos abordaran la interpretación de un réquiem cristiano (una misa de difuntos). Pero para los judíos fue una empresa que representó un desafío y un grito de denuncia y libertad. Una de las últimas interpretaciones fue llevada a cabo ante una delegación de la Cruz Roja Internacional. El éxito de la representación no impidió que acto seguido la mayoría de los participantes fueran deportados a Auschwitz, entre ellos el director. El 21 de mayo de 2006, la orquesta y coro de la Universidad Católica de América interpretó de nuevo el Réquiem de Verdi en Terezin como un merecido homenaje, a la que asistió alguno de los escasos supervivientes.
Soy de los que cree que la experiencia del Holocausto representa la quiebra del humanismo, el hecho más dramático de la contemporaneidad. Como profesor estoy convencido de que hay que “educar contra Auschwitz”, contra la barbarie que nos acompaña y que pugna siempre por imponerse. Independientemente de nuestro ámbito cultural e histórico de procedencia, el Holocausto incumbe a la Humanidad entera y mantener su memoria es un deber ético ineludible.

domingo, 12 de julio de 2009

Cine a solas (4) Jesuchrist Superstar

En estos momentos en lo que me repongo de una inoportuna enfermedad (en realidad no conozco ninguna que sea oportuna, quizás me refiera a lo del verano) nada mejor que ponerse un musical hippie para subir un poco el ánimo. Mi preferido, indiscutiblemente, es Jesuchrist Superstar (aunque Hair no queda lejos). Presentado en su día como una ópera rock sus piezas musicales estaban firmadas por el prolífico Andrew Lloyd Webber. Fue presentado como un musical de Brodway en 1970 y dio el salto al cine en 1973. Desde el principio fue una apuesta innovadora y, para muchos, provocadora. Presenta a un Jesús humano desde la perspectiva de un Judas Iscariote no menos atormentado. El triángulo principal lo cierra María Magdalena que se muestra como lo que seguramente fue si de verdad existió Jesús como personaje histórico: su amante.
Los números musicales son a día de hoy auténticos clásicos. Confieso, sin embargo, que prefiero la versión española. No es puro chauvinismo. Pero en una improbable competición Camilo Sexto ganaría por KO técnico a Ted Neeley, Ángela Carrasco a los puntos a Yvonne Elliman y solamente Teddy Bautista tendría dificultades con Carl Anderson. Incluso la banda en la versión española me parece con más fuerza y empuje que la norteamericana. Todo esto desde la perspectiva meramente musical ya que nunca llegué a ver el musical en la versión española.
La escenografía de la película sigue siendo rompedora, aunque pensemos que la estética hippie resulta hoy un tanto añeja. En uno de estos experimentos que me gusta hacer con el alumnado de vez en cuando les puse recientemente a un grupo de bachillerato unos fragmentos: la llegada del grupo en una destartalada guagua al comienzo de la película, la histriónica escena de Herodes y la intervención final de Judas. La reacción primera fue de asombro. En realidad pensaban que les estaba tomando el pelo. Alguno conocía el estribillo principal del film, otro recordaba que en un barrio habían hecho una versión y poco más. Ninguno sabía del trasfondo transgresor de la película (según la perspectiva de la iglesia oficial, claro) y mucho menos podían imaginar que tuviera esa estética y escenografía tan peculiar. Al final, terminaron encantados y con un punto más de vitalidad en sus venas. Siempre me hubiera gustado, además, interpretar en alguna versión coral el papel de Caifás, adecuado para un buen bajo, o el de alguno de los componentes del Sanedrín. A falta de tal oportunidad habrá que conformarse con imitar algún paso de baile o cantar aquello de “Siempre desee ser un apóstol…” (curiosa afición para uno no creyente como yo).

domingo, 5 de julio de 2009

Pasión por la Música (3) La Orquesta de la MGM

Hace poco me topé en el disco de extras de un musical norteamericano de los años 50 con esta joya: el concierto del 30º aniversario de la Metro Goldwyn Meyer a cargo de su famosísima orquesta. Esta pieza grabada en la Sala de Conciertos de la MGM en California en 1954 reúne en un potpurrí once fragmentos de otras tantas películas de la compañía. Al frente de la orquesta se encuentra Johnny Green (1908-1989), un célebre compositor, arreglador y director de la época. Es considerado como el artífice del característico sonido MGM a partir de los años 40. De hecho, observamos en la grabación el enorme despliegue sonoro de esta gran orquesta haciendo gala de una enorme profusión de medios. Podemos oír fragmentos de “Singing on the rain”, “Brodway River”, “Temptation” y “Over the Rainbow”, entre otros. Incluso una pequeña formación jazzística interpreta “Baby it’s coul outside”. En fin… una delicia que hay que disfrutar. Dedicado a los amantes de las grandes orquestas de BSO.
Puedes verlo en:
http://confetti.cc/wfmLib._.American%20Classic%20Movies._.content.aspx

viernes, 3 de julio de 2009

El Cazador de Libros (4) Nietzsche en Turín y otros libros leídos

"Nietzsche en Turín” de Lesley Chamberlain (Gedisa 1998). En el año 2000 realicé un inolvidable viaje a Turín. Unos días antes encontré en una librería este ejemplar. Los enemigos de las casualidades habrían buscado una conexión necesaria entre ambos acontecimientos. El caso es que empecé a leerlo en el avión y durante mi estancia en la capital del Piamonte. El libro se centra en la estancia de Nietzsche en Turín, el último año antes de lo que se ha denominado, eufemísticamente, su derrumbe psicológico. Este es un periodo intensísimo, donde nuestro filósofo escribe “Ecce Homo”, una suerte de autobiografía, el “Crepúsculo de los Idolos” y “El anticristo”. Tuve la ocasión de pasar frente a la casa donde Nietzsche se alojara. Sin embargo no conservo ninguna fotografía de este viaje. Estrenaba una especie de cámara sofisticada y ¡no me salió ni una! En fin… El libro y el viaje constituyeron una magnífica simbiosis aunque no llegué a terminarlo. Nueve años después, le di el último impulso. Desde mi punto de vista, la autora, una periodista británica, hizo un excelente trabajo. No tengo ninguna prevención contra los periodistas que incursionan en ámbitos académicos, sobre todo si el resultado es bueno. Este último periodo de Nietzsche, antes de su larga y definitiva reclusión, es un momento turbulento y complicado. Se ha prestado a distintas interpretaciones. Sobre todo en lo que respecta a la supuesta relación entre su desequilibrio mental y su producción filosófica, el papel de su hermana Elizabeth y el de sus amigos. Todo esto lo aborda Chamberlain con eficacia y desde una amplia documentación.
“Nietzsche para estresados” de Allan Percy (Mondadori 2008). Se trata de un libro clasificable dentro de la llamada por algunos “Filosofía Terapéutica”, corriente muy en boga en EE.UU y cuyo máximo apóstol es Lou Marinoff. Aunque esta corriente tiene tantos fervientes defensores como ardientes detractores creo que muchos coincidiríamos en que en el caso de este libro de Allen se trata de un auténtico despropósito. Este experto en “coaching” (forma de obtener un sabroso sobre sueldo diciéndole a los demás lo que ellos querrían oír) utiliza frases de Nietzsche como supuesto soporte para difundir sus recetas terapéuticas. Lo más suave que se me ocurre es que se trata de una antología del humor. Ahora que lo pienso quizás sea esa la herramienta que utiliza el autor para combatir el estrés. Sus “interpretaciones”, carentes de un mínimo rigor y contextualización, convierten a Nietzsche en una suerte de Doña Pepis. Lo compré pensando en mostrárselo al alumnado como un ejemplo de “actualización” de un filósofo y de la numerosa y variada producción filosófica de hoy en día. Pero un examen un poco más profundo me produjo no poco rubor.
“Walter Benjamin para principiantes”. De H. Caygill, a. Coles y A. Klimowski. (Era Naciente 2001). Era Naciente es una editorial argentina cuyo producto más famoso es su colección “Para principiantes”. Esta colección nació en Inglaterra en 1977 y utiliza el comic como vehículo para presentar cada uno de los autores y temas que se van sumando al fondo editorial. Seguía, de alguna manera, la estela producida por el boom del comic en los años 60 y 70. El resultado es muy refrescante. Tanto si se desconoce el autor como si se es el mayor experto en él esta guía siempre aporta un punto de vista interesante con un toque de humor. En el caso de este ejemplar, dedicado a Walter Benjamin, el resultado es igual de satisfactorio. Cumple con su propósito: incitar a profundizar por otras vías en el autor en cuestión. Además, me consta que hay quien colecciona el ya amplio catálogo de títulos de esta editorial.