Todavía hay quienes se erizan con la visión de una Filosofía 'popular' o al alcance del gran público. No faltan quienes entienden que esta vieja disciplina no debe abandonar nunca los cenáculos más exclusivos, crípticos y académicos. Siempre me he sentido ajeno a esta visión de las cosas y como profesor de Filosofía de educación secundaria entiendo mi trabajo desde una perspectiva lo más divulgativa posible. Quizás influenciado por Gramsci o por aquella idea ortegiana de que “la claridad es la cortesía del filósofo” contemplo con satisfacción la inundación de títulos que tratan de acercar la Filosofía al común de los mortales (esto es siempre más fácil que acercar al personal a la Filosofía). En mi último paseo por París me maravilló ver en los Kioskos una notable presencia de material relacionado con la Filosofía. Adquirí un ejemplar de la revista mensual Philosophie Magazine, que al juzgar por el número (40) parece ya consolidada. Con un diseño y una estructura muy de última hora incluye colaboraciones de filósofos muy conocidos por estos lares como André Comte-Sponville, Alain Finkielkraut o John Searle, por citar algunos. El tema de portada está dedicado a la Belleza, incluye un dossier sobre Foucault e incluso un reportaje sobre el mundial de fútbol (que levantaría ampollas en cualquier facultad de nuestro país). Predomina, al menos en este número, un enfoque que podríamos llamar de Filosofía Social que, a mi juicio, lo hace aún más atractivo.
Como buenos discípulos de Voltaire todavía en Francia el intelectual parece jugar un papel relevante. Y para ello no dudan en mojarse y entrar a fondo en los temas de candente actualidad. Se ve además que hay una demanda de este tipo de análisis lo cual habla de una sociedad madura (bueno, es otra generalización, ya sabemos lo de la complejidad y fracturas de la sociedad francesa). En cualquier caso, no son de extrañar estas cosas en el país de los philo-café. Envidia que me da. Y más cuando se acaba de publicar el resultado de las últimas pruebas educativas y una vez más Canarias aparece en el farolillo rojo. Echándole un vistazo a los kioskos se averiguan muchas cosas.
Les dejo el enlace de la página web de la revista. ¡A ver si alguna editorial se anima y lanza una versión en español!
http://www.philomag.com/index.php
Como buenos discípulos de Voltaire todavía en Francia el intelectual parece jugar un papel relevante. Y para ello no dudan en mojarse y entrar a fondo en los temas de candente actualidad. Se ve además que hay una demanda de este tipo de análisis lo cual habla de una sociedad madura (bueno, es otra generalización, ya sabemos lo de la complejidad y fracturas de la sociedad francesa). En cualquier caso, no son de extrañar estas cosas en el país de los philo-café. Envidia que me da. Y más cuando se acaba de publicar el resultado de las últimas pruebas educativas y una vez más Canarias aparece en el farolillo rojo. Echándole un vistazo a los kioskos se averiguan muchas cosas.
Les dejo el enlace de la página web de la revista. ¡A ver si alguna editorial se anima y lanza una versión en español!
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