
“El sueño del celta” cuenta la historia real de un personaje excepcional, Rogert Casement. Este fue un diplomático británico, aunque irlandés de nacimiento, que, a principios del siglo XX, viajó en misión diplomática al Congo Belga y entró en contacto con los horrores de la colonización. Es sabido que la experiencia colonial de Bélgica fue especialmente sanguinaria y aniquiladora. El informe que Casement presentó en Londres además de crear un enorme revuelo diplomático le convirtió en un temprano campeón de los derechos humanos. Esa misma actitud la mantuvo en su segunda misión diplomática en el Amazonas peruano. El caso es que, paralelamente, Casement experimentó una progresiva toma de conciencia del carácter igualmente injusto del Imperio Británico y se acercó al nacionalismo irlandés. Sus actividades en este terreno en el momento en que estalla la I Guerra Mundial le llevaron a ser acusado de alta traición y finalmente condenado. La publicación en aquel tiempo de sus diarios, donde se manifestaba en toda su intensidad el hombre de carne y hueso que las protagonizaba, ajeno a la moral victoriana de la época, contribuyó a su condena pública.
La novela se mueve en dos planos. Uno, en el que desarrolla todas estas peripecias y otro en el que Casement se encuentra, al final de sus días, en la prisión donde aguarda, en vano, la llegada de un indulto. En el relato de la angustiosa espera en aquella especie de “corredor de la muerte” Vargas Llosa alcanza una intensidad emocional desbordante. Roger Casement es un personaje de una enorme envergadura, un personaje trágico, lleno de de luces y de sombras. Indudablemente nuestro reciente premio nobel se inspira en la novela de Joseph Conrad, “En el corazón de las tinieblas”, coetáneo de Casaement y que, paradójicamente, no movió un dedo al final por promover su indulto.
Lamento ahora ese lapsus de diez años en los que los prejuicios me impidieron seguir ahondando en la obra de Vargas Llosa. Me he propuesto recuperar el tiempo perdido.
Da gusto leer entradas tan ilustrativas. Gracias. Un fuerte abrazo.
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