Todos tenemos algún álbum al que le profesamos un especial cariño. Eso me pasa con “Graceland”, el disco que publicó Paul Simon en 1986 a raíz de su célebre concierto en vivo en Zimbaue, antes de que a Roger Mugabe se le cruzaran los cables. Yo tenía 17 años y era la época en que a uno le empezaba a aflorar una cosa que algunos llaman 'conciencia social'. Eran los tiempos también del “apartheid” en Sudáfrica y en los que Nelson Mandela estaba aún en la cárcel. Simon montó ese concierto en la frontera como un homenaje y un desafío. A pesar de esto el espectáculo le costó más de un disgusto. Al emplear a músicos sudafricanos en el concierto violó el boicot que pesaba contra el régimen sudafricano de la minoría afrikaneers. Al final la ONU terminó dando marcha atrás al comprobar que la intención de Graceland no era otra que el de promocionar la música negra sudafricana y denunciar al disparatado régimen racista.
Precisamente, una de las impresiones más inolvidables me la causó uno de los grupos sudafricanos colaboradores: Ladysmith Black Mambazo. Este es un grupo masculino de música zulú a capella. A pesar de que su fundación data de 1960 fue su intervención en Graceland la que le dio fama mundial. El grupo se convirtió en uno de los más señalados embajadores de la nueva Sudáfica. Tal es así que fue invitado a actuar en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a Nelson Mandela y en su toma de posesión como presidente de Sudáfrica. Como es propio de la música étnica africana la expresión corporal es indistinguible de lo vocal. Quizás esa fue una de las cosas que recuerdo con más cariño de Graceland.
El concierto de Zimbaue y la posterior edición del disco catapultó de nuevo a Paul Simon en su carrera y le hizo superar su larga y fructifera etapa de sosías de Garfunkel. Me atrevo a considerar a Graceland como uno de esos conciertos épicos, que hacen historia y que están cargados de simbolismo. Mi vinilo lo guardo como una joya y es uno de los motivos por el que le doy vueltas a adquirir de nuevo un tocadiscos. Ya sé que ahora el mundo youtube te permite un acceso sin límites a cualquier cosa pero ¡no es lo mismo, oiga! Bueno, como no es cuestión de luchar contra molinos de vientos aquí les dejo un enlace de uno de los momentos fundamentales de Graceland (atentos al recital en forma de danza de Ladysmith Black Mambazo). ¡Que lo disfruten!
http://www.youtube.com/watch?v=OafqYNCzq5U&feature=related
Precisamente, una de las impresiones más inolvidables me la causó uno de los grupos sudafricanos colaboradores: Ladysmith Black Mambazo. Este es un grupo masculino de música zulú a capella. A pesar de que su fundación data de 1960 fue su intervención en Graceland la que le dio fama mundial. El grupo se convirtió en uno de los más señalados embajadores de la nueva Sudáfica. Tal es así que fue invitado a actuar en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a Nelson Mandela y en su toma de posesión como presidente de Sudáfrica. Como es propio de la música étnica africana la expresión corporal es indistinguible de lo vocal. Quizás esa fue una de las cosas que recuerdo con más cariño de Graceland.
El concierto de Zimbaue y la posterior edición del disco catapultó de nuevo a Paul Simon en su carrera y le hizo superar su larga y fructifera etapa de sosías de Garfunkel. Me atrevo a considerar a Graceland como uno de esos conciertos épicos, que hacen historia y que están cargados de simbolismo. Mi vinilo lo guardo como una joya y es uno de los motivos por el que le doy vueltas a adquirir de nuevo un tocadiscos. Ya sé que ahora el mundo youtube te permite un acceso sin límites a cualquier cosa pero ¡no es lo mismo, oiga! Bueno, como no es cuestión de luchar contra molinos de vientos aquí les dejo un enlace de uno de los momentos fundamentales de Graceland (atentos al recital en forma de danza de Ladysmith Black Mambazo). ¡Que lo disfruten!
http://www.youtube.com/watch?v=OafqYNCzq5U&feature=related
Gracias Damián. Grandes recuerdos los que nos traes. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar