Cada cierto tiempo aparece con fuerza el debate sobre la injerencia humanitaria en medio de algún conflicto bélico. Esta injerencia, muchas veces de carácter o con componente militar -lógicamente, pone sobre el tapete el problema de la configuración del orden internacional actual. Ahora que Gadafi recobra posiciones a sangre y a fuego, y que los rebeldes, los que luchan por la democracia y la libertad, parecen estar en retirada surgen voces que reclaman urgentemente una zona de exclusión aérea sobre Libia. El hipotético triunfo del desquiciado Gadafi plantea un escenario aterrador.
Lo que resulta cínico y éticamente reprobable en todo esto es que este tirano era agasajado por los países occidentales, adalides de las libertades y otras milongas, hasta hace poco. Todo el mundo miraba para otra parte cuando éste y otros personajes paseaba su histrionismo por aquí y por allá. El petróleo tapa muchas bocas y causa severa miopía (ahí está Teodoro Obiang y su hijo Teodorín con su yate hipermillonario para atestiguarlo, sin ir muy lejos). Pero cuando cambian los vientos de la historia, muchas veces por voluntad de los desposeídos, los mismos intereses que antes hacían oídos sordos ahora se visten con los ropajes de los Derechos Humanos. Vale, supongamos que ese es el juego.
¿Por qué no avanzar entonces un poquito más en el devaluado juego de la coherencia? ¿Por qué no condenar ya de entrada a toda esa ristra de gobiernos antidemocráticos que se empeñan en ignorar los derechos básicos de sus ciudadanos? ¿Por qué no avanzar en ese propósito tan noble de la 'justicia universal' (por mucho que al Juez Garzón le haya costado tantos disgustos). Este sería el marco idóneo donde cualquier injerencia humanitaria estaría completamente legitimada. Eso sí, siempre que viniera de un Consejo de Seguridad de la ONU (auténtico gobierno mundial) donde las potencias que se sientan en él, de manera vitalicia, no estuvieran atenazadas por sus propias contradicciones y vergüenzas. Como situación de urgencia sería un mal menor que el primo de Zumosol, EE.UU, hiciera uso de sus aviones de la VI Flota para evitar que Gadafi se salga una vez más con la suya. Pero aprovechando la coyuntura, ahora que los árabes parece que, contra todo pronóstico, han vuelto a poner de moda la palabra 'democracia' ¿por qué no exigir la demolición de este orden de cosas que sigue favoreciendo a Estados corruptos, antidemocráticos y liberticidas?
Lo que resulta cínico y éticamente reprobable en todo esto es que este tirano era agasajado por los países occidentales, adalides de las libertades y otras milongas, hasta hace poco. Todo el mundo miraba para otra parte cuando éste y otros personajes paseaba su histrionismo por aquí y por allá. El petróleo tapa muchas bocas y causa severa miopía (ahí está Teodoro Obiang y su hijo Teodorín con su yate hipermillonario para atestiguarlo, sin ir muy lejos). Pero cuando cambian los vientos de la historia, muchas veces por voluntad de los desposeídos, los mismos intereses que antes hacían oídos sordos ahora se visten con los ropajes de los Derechos Humanos. Vale, supongamos que ese es el juego.
¿Por qué no avanzar entonces un poquito más en el devaluado juego de la coherencia? ¿Por qué no condenar ya de entrada a toda esa ristra de gobiernos antidemocráticos que se empeñan en ignorar los derechos básicos de sus ciudadanos? ¿Por qué no avanzar en ese propósito tan noble de la 'justicia universal' (por mucho que al Juez Garzón le haya costado tantos disgustos). Este sería el marco idóneo donde cualquier injerencia humanitaria estaría completamente legitimada. Eso sí, siempre que viniera de un Consejo de Seguridad de la ONU (auténtico gobierno mundial) donde las potencias que se sientan en él, de manera vitalicia, no estuvieran atenazadas por sus propias contradicciones y vergüenzas. Como situación de urgencia sería un mal menor que el primo de Zumosol, EE.UU, hiciera uso de sus aviones de la VI Flota para evitar que Gadafi se salga una vez más con la suya. Pero aprovechando la coyuntura, ahora que los árabes parece que, contra todo pronóstico, han vuelto a poner de moda la palabra 'democracia' ¿por qué no exigir la demolición de este orden de cosas que sigue favoreciendo a Estados corruptos, antidemocráticos y liberticidas?
Eso mismo me cuestiono al igual que tantos ciudadanos comunes y bienpensantes. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar1.- Lamentablemente la justicia universal es totalmente incompatible con los negocios económicos de este sistema de sinvergüenzas capitalistas escondidos tras la manida y pisoteada democracia.
ResponderEliminar2.- Si alguna vez se hizo un "justo uso" de esta justicia universal, seguramente habrá sido por que había "tajada".
3.- En Libia todos tienen mucho que perder, y no quieren perder el pastel. Los del eje del bien intentan con la intervención militar apropiarse todo,( los derechos humanos es una excusa). Los del eje del mal (Rusia, China) evitan esa intervención militar, también tienen muchos intereses que perder o ganar. Les importa a "TODOS" un carajo las vidas humanas.
4.- Con Irak, todo fue una tremenda mentira donde occidente asesinaba a diestro y a siniestro civiles en "aras" de la libertad y el equilibrio mundial.
5.- No nos olvidemos, que todos estos países han sido creados directa o indirectamente en su momento con apoyo de "OCCIDENTE".
6.- Las intervenciones con el uso de la fuerza, por razones humanitarias, hay que hacerlas sin más, sin ningún tipo de valoración económica, simplemente porque no se puede permitir que se asesine gente inocente sea del lugar o del país que sea y con más razón, cuando hacen uso de su derecho a manifestarse y luchar por su democracia. Motivos estos más que suficientes, para que occidente (defensor a ultranzas de las estructuras democráticas) intervenga.
7.- Quién vende armas vende guerras, occidente sabe mucho de eso.
8.- Occidente no ha comprendido ni quiere entender la gran lección que está dando los hombre y mujeres de los países árabes, puesto que de lo contrario, TODA LA HUMANIDAD nos habríamos levantado para decir BASTA YA A ESTE DESHUMANIZADO SISTEMA, donde los únicos y VERDADEROS TERRORISTAS de este planeta los tenemos en casa, en este sistema y me refiero al FMI, BANCA INTERNACIONAL y a las MULTINACIONALES.