viernes, 1 de octubre de 2010

Filosofía de la Mañana (6) ¿De qué hablamos?

Una alumna que este año cambió de centro se pasó a visitar a sus antiguos compañeros. Al encontrármela por los pasillos le pregunté por sus impresiones en su nuevo instituto. Respecto a la clase de Historia de la Filosofía le llamaba la atención que su profesora “sólo hablaba de Historia de la Filosofía” (lo normal, podríamos pensar). Añadió que las clases se le hacían interminables y que no le resultaban en absoluto interesantes. Me quedé dándole vueltas al asunto. ¿Se puede hablar “sólo” de Historia de la Filosofía? ¿Se puede hablar “sólo” de Historia del Arte? ¿de Historia? ¿de Literatura? Incluso de Biología o de Física (concedámosle a los de Matemáticas el beneficio de la duda, que ya es mucho). Se me hace difícil pensar que alguien dé clases de Platón, supongamos, y que no plantee en el aula el problema de la preparación del político o del papel de la Democracia -por poner dos ejemplos. Y no me refiero sólo a estos problemas en el contexto histórico del autor sino desde el necesario diálogo con y desde el presente. De otra forma, ¿qué sentido tiene una mera 'arqueología del saber'? ¿Puede un profesor de Historia del Arte pasar por alto el problema actual del 'canon' estético cuando este concepto surge en la Grecia Clásica? ¿Es posible abstraerse de la compleja caracterización de la obra de arte hoy por mucho que toque hablar del rococó? ¿Puede un profesor de Historia enfrascado en los vericuetos del Medioevo obviar las tesis que se popularizaron a comienzo de los años 90 del pasado siglo que entendían el presente como una vuelta a la Edad Media? (lease Alain Minc y compañía). ¿Puede olvidarse de intentar explicar los problemas de nuestro tiempo a la luz del pasado? Evidentemente puede, pero ¿a qué está renunciando y de qué está privando a su alumnado? Cualquier ámbito del saber que se aborde desde una perspectiva diacrónica debe plantearse como un diálogo con el presente. Esto no se podrá hacer siempre y en cada momento, está claro, pero basta con que lo tengamos como el horizonte en el que movernos para que el resultado sea radicalmente otro. Al final, se trata de romper el corsé de las disciplinas académicas y tender los puentes donde se encuentra la perspectiva verdaderamente interesante.

1 comentario:

  1. Bien cierto, pero hay profesores que quizas no tengan mas perspectivas ni sean capaces de relacionar mas alla de su programa, aunque ellos se consideren docentes. Un abrazo.

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