En agosto tuve el inesperado placer de asistir a la exposición “¡Esto es la guerra! Robert Capa / Gerda Taro” en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El catálogo dedicado a Gerda Taro es una pequeña joya. Esta fotógrafa (llamada en realidad Gerta Pohorylle) fue la compañera profesional y sentimental del considerado pionero del fotoperiodismo de guerra Robert Capa. Al parecer Taro tenía un carácter alegre y jovial y, como suele pasar con quienes viven intensamente y al filo de la navaja, murió muy joven, a los 27 años, aplastada por un tanque en el frente de Brunete. Su obra se vio eclipsada por la de Capa. En realidad, durante gran parte de su trabajo en la Guerra Civil Española firmaron sus fotografías conjuntamente, por lo que siempre resultó difícil identificar aquellas que habían sido propias de Taro. En los últimos años se ha empezado a reivindicar la obra de esta fotógrafa, hija de judíos polacos, que desde muy joven se posicionó en contra del nazismo. Ambos fotografiaron los horrores de la guerra pero también la vida cotidiana en el frente y en la retaguardia. Especialmente espeluznantes son sus fotografías de las víctimas de un bombardeo aéreo en Valencia tomadas en el depósito de cadáveres. Recuerdo con mucha emoción la exposición del Círculo de Bellas Artes. Sobre todo porque, en esta época de sucedáneos, resulta impagable poder ver lo originales, anotaciones de puño y letras y mecanografiadas de los dos fotógrafos, así como las revistas y periódicos de la época que publicaron sus trabajos. Sus instantáneas nos han dejado un legado histórico que se ha acrecentado con el tiempo. Cuando una fotógrafa, una artista y periodista en ciernes muere tan tempranamente siempre cabe preguntarse hasta dónde habría llegado su obra si aquel fatídico día de julio de 1937 aquel tanque republicano fuera de control no le hubiera pasado por encima. Al fin y al cabo a Capa le gustaba decir aquello de que “si no estaba lo suficientemente cerca no era bueno”.
A veces parece que nada de lo que sucede es casual. Hace unos días mi ojo de halcón detectó en un estante de una papelería una novela de Susana Fortes, "Esperando a Robert Capa" (Planeta 2010) que se recrea en la relación trágica y apasionada de esta pareja de fotógrafos. Y en eso estamos.
A veces parece que nada de lo que sucede es casual. Hace unos días mi ojo de halcón detectó en un estante de una papelería una novela de Susana Fortes, "Esperando a Robert Capa" (Planeta 2010) que se recrea en la relación trágica y apasionada de esta pareja de fotógrafos. Y en eso estamos.
Apasionante. Algo de todo esto tenía entendido, no me preguntes como, ni cuando, ni donde. Un abrazo.
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