lunes, 23 de mayo de 2011

El Catalejo (16) La berlusconización que se nos avecina

Una de las muchas lecturas que se puede hacer de las recientes elecciones, y para el que suscribe quizás la más preocupante, es la progresiva berlusconización del país. Resulta cuanto menos asombroso que se refrenden con un importante número de votos actitudes y proyectos políticos de dudosa solvencia ética. El voto es soberano, vale, pero la ética a veces va por otro camino. Da mucho que pensar que numerosos ciudadanos consideren que un político imputado que concurre a las urnas es casi un mérito. Que proyectos políticos personalistas o basado en intereses espurios son de interés general. Que recursos peligrosísimos y populistas como el rechazo al extranjero no es sino un acto de valentía política plausible. A este paso solo falta que nos aparezca un Belusconi por estos lares. Las condiciones están creadas. Uno tiene que aceptar que el personal vote por la derecha si piensa que esta tiene las recetas para la multitud de problemas que nos acucian, faltaría más. Otra cosa es que la democracia termine convirtiéndose en la marmita que “legitime” el lodazal que se nos está viniendo encima. Para ello basta con convertir lo político en un circo mediático, al estilo Berlusconi, precisamente, y convencer a la legión de desesperados y postulantes que al final hay tajada para todos. Esta es otra consecuencia perversa más de la sociedad del espectáculo y del entretenimiento de masas. Por eso mismo la reacción ciudadana del movimiento Democracia Real Ya termina convirtiéndose en un oasis en medio de esta desertificación creciente. Cuando se toman las plazas es porque otras vías de acción política han quedado cerradas o desacreditadas. Y es que los indignados de este país se han convertido en la última barrera contra el tsunami de berlusconización que se nos avecina. Detrás de estas componendas se esconde una operación de desarticulación social y devaluación de la democracia de gran alcance. Ocurre, sin embargo, que la gente, por aquello de la época postideológica que nos ha tocado vivir, necesita comprobar en sus propias carnes el efecto de las políticas y de las actitudes que ellos mismos refrendan. Pues que así sea. Espero que después de que se empiecen a notar los efectos no nos dejen el suelo social arruinado (no sé porqué me viene una y otra vez el recuerdo de Thatcher a la cabeza). Aunque resulte un poco pedante no queda más remedio que seguir insistiendo en la pedagogía política y social. Qué otra queda.

3 comentarios:

  1. De esto mismito hablaba hoy con mi padre...

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  2. Llegan tiempos terribles, se veía venir, resulta inevitable. Las masas funcionan así instintivamente. De todos modos el tsunami económico y social que se nos viene encima a la sociedad europea le va a tocar a las gaviotas y a otros tantos cómo ellos que se multiplicarán por los diversos estados. Quien ríe el último siempre ríe mejor. Beso.

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  3. Es decepcionante este giro a la derecha. En fin, los tiempos que se avecinan son preocupantes. Espero recuperar la esperanza en que la justicia social, sea la base sólida que nos lleve de la mano.

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