martes, 12 de abril de 2011

El Catalejo (11) Islandia

¿Qué pasaría si empezara a extenderse el rumor de que hay una salida a la crisis al margen de las recetas ultraliberales?, ¿que esta salida, lejos de ser alguna consigna ideológica, se está aplicando con éxito en un país?, ¿que las milongas que nos han contado sobre la necesidad de rescatar a los bancos y a las grandes corporaciones financieras como el requisito ineludible para salvarse de la quema es pura bazofia? Pues este rumor está tomando cuerpo en la pequeña Islandia. Los escépticos dirán que al fin y al cabo Islandia es un país pequeño, poco influyente y representativo. Pero el caso es que este país atlántico fue propuesto en su día por el FMI como todo un ejemplo a seguir después de que se lanzara desenfrenadamente por la senda del capitalismo financiero y especulativo. Esto llevó a Islandia a una auténtica bancarrota. Y lejos de seguir esta vez las recomendaciones hechas por los mismos responsables de todo este desaguisado los islandeses optaron por romper la baraja. Después de un referéndum, forzado por la misma ciudadanía, el 90% de los votantes bloquearon el pago con dinero público de la deuda bancaria. ¡Toma ya! Se acabó la inversión de dinero público en sanear a la banca, en seguir engordando las cuentas de resultados de los altos ejecutivos de los consejos de administración bancarios. Dado que los bancos jamás socializaron sus beneficios los islandeses se han negado ahora a socializar sus pérdidas. Y no contentos con esto la Fiscalía del país ha abierto una investigación contra los banqueros responsables de esta historia. Algunos pueden acabar en la cárcel y no faltan ya quienes han puesto tierra de por medio. Pero lo verdaderamente bueno de esta historia es que, lejos de los pronósticos agoreros frente a semejante atrevimiento, Islandia está saliendo de la crisis -tal y como señalan la mayoría de los indicadores macroeconómicos. Es decir: hay vida más allá del recetario ultraliberal, hecho a medida de quienes están acostumbrados a llenarse los bolsillos a manos llenas. Además, Islandia ha decidido fortalecerse socialmente encarando un nuevo proceso constituyente caracterizado por un procedimiento de democracia directa, al margen de los partidos. Una nueva revolución pacífica a la que, sin embargo, se está silenciando de manera vergonzosa. ¡No sea que cunda el ejemplo!

2 comentarios:

  1. Hola, te he visto en el blogroll de Emejota. Me doy por presentado.
    Me interesa el tema islandés por razones obvias, esa ha sido la causa de que pinchase en tu blog.
    Lo que está bastante claro es que no se puede salir de la crisis (principalmente ética) aplicando las reglas del juego de los que crean la crisis. Eso mismo que dices: hay que romper la baraja, se acabó jugar en este tablero en donde siempre ganan los mismos y siempre perdemos los demás, que somos casi todos.

    El tema, a mi entender, es más complejo que cortarle las alas a la banca. La partitocracia, esta falsa apariencia de democracia, trabaja para la banca igualmente, a la vista está. Para acabar con los reyes hay que quitar de en medio a su guardia pretoriana.
    Espero que poco a poco la sociedad vaya despertando... O duerma mi mismo sueño.

    Saludos.

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  2. Hola, Desclasado, completamente de acuerdo con tu análisis. Estoy encantado de que hayas recalado por aquí. Saludos.

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