Hoy, en el ochenta aniversario de la proclamación de la II República Española, acabo de leer las últimas páginas de un libro impresionante: “Las armas y las letras” de Andrés Trapiello (Destino, 2010). Se trata de una edición corregida y aumentada de una primera edición aparecida en 1994. Este es un estudio en profundidad de la Literatura que surgió en torno a la Guerra Civil Española. Pero no es un estudio cualquiera. Es una obra absolutamente personal y comprometida, que no se anda a medias tintas, con ánimo polémico desde el primer momento, un tanto iconoclasta, incluso. Trapiello pone el acento en las miserias humanas, a las que no son ajenas los escritores, sus contradicciones y constantes vacilaciones. Pone de manifiesto la difícil convivencia, muchas veces, entre el compromiso político y los principios literarios, en un tiempo en el que solía fundirse la propaganda con la literatura. A veces al lector, como es mi caso, le resulta un tanto duro admitir las pequeñeces y mezquindades de autores como Ortega y Gasset o Gregorio Marañón, las sombras de escritores admirados como Pío Baroja o el lado oscuro del mítico Rafael Alberti o de Pablo Neruda. Pero también reconforta la admiración del autor por Miguel Hernández o Clara Campoamor, entre otros muchos. No es de extrañar, por tanto, que “Las armas y las letras” haya sido un libro polémico desde el principio, recibido con entusiasmo por unos y con exabruptos por otros. Una de sus grandes virtudes es que es un libro que remite permanentemente a otros libros, que abre el apetito por profundizar en autores desconocidos para el gran público o en obras consideradas menores. No en vano el autor hace gala de una erudición extraordinaria en este tema y al mismo tiempo de una prosa personal y agradecida para quien lo lee. La presente edición de Destino es todo un lujo, con abundante material fotográfico e ilustraciones intercaladas entre las páginas que contribuyen al goce visual y a una lectura aún más agradable. Recomendable para quienes disfrutan tanto con la Literatura como con la Historia.
Al hilo de una conversación acerca de este mismo libro, te hablé de "La noche de los tiempos" de Muñoz Molina, ambientada los meses de la primavera y el verano de 1936. Es curiosa la imagen de señoritos burgueses jugando a la revolución de Alberti, Lorca, Buñuel y otros pobladores de la Residencia de Estudiantes(¿ficción?),la obra recupera la imagen, un tanto dañada, de Juan Negrín. Es densa y no siempre sencilla, pero te la recomiendo, aprovechando este 14 de abril.
ResponderEliminarTienes razón, me la apunto ya. Vale la pena seguir con este tema.
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