
En el fondo se trata de invertir la flecha del tiempo. Partir de filósofos contemporáneos e ir, en todo caso, hacia la búsqueda de sus raíces filosóficas. Puestos a elegir me preocupa menos que un alumno/a no tenga ni idea de las Paradojas de Zenón a que pudiera conocer la importancia de la Ética Discursiva de Habermas para la Filosofía de siglo XX y su potencial aplicabilidad. Me parece menos alarmante que desconozca la idea de Sustancia en Aristóteles a que ignore por completo, siguiendo a Adorno, lo que supuso la quiebra de todo principio humanista que representa Auschwitz (o de la polémica idea de Hanna Arendt sobre la Banalidad del Mal). Pienso que no es tan dramático prescindir del método de composición y resolución de Galileo si para ello podemos disponer de tiempo para situar en clave histórica la actual disputa entre evolucionistas y creacionistas. Se me ocurren estos ejemplos para empezar. Pero admito que la cosa tiene tela y que la polémica sobre qué cosas son más relevantes para la formación del alumnado de 17 años podría ser interminable.
En el fondo lo que late es el prurito del historiador clásico y su insistencia en el que los acontecimientos más próximos no son objetivables, que necesitan de la distancia temporal necesaria para poder ser valorados y que la historia es un recorrido cronológico en una sola dirección que no admite experimentos. Luego uno oye argumentos de menos entidad, como el que me planteaba un colega hace poco respecto a que la Filosofía del Siglo XX “es más difícil para el alumnado”. No considero más difícil abordar los ejemplos anteriormente expuestos que endosarles a los pobres chavales la metafísica aristotélica o la epistemología kantiana.
Compruebo, además, que los mismos problemas los encontramos en otras materias. Hace poco a una compañera de Historia no le quedó más remedio que despachar la Guerra Civil Española y la posguerra poniendo un video y en una sola clase. No le dio tiempo a lo largo de todo el curso. Del mismo modo pienso que se puede prescindir perfectamente del periodo magdaleniense pero en absoluto de conocer con un mínimo de profundidad los últimos 70 años de la historia de este país. Luego nos quejamos del despiste del alumnado.
Mientras tanto habrá que tomarse las cosas con humor: aquí les dejo un enlace del Mundial Filosófico (Monthy Python) donde disputan la gran final Alemania contra Grecia:
Estoy de acuerdo con lo que dices, los griegos y filósofos hasta Nietzsche no son prescindibles, pero sí es cierto que para chicos de 17años pueden ser mucho más cercanos y comprensibles filósofos contempráneos como Arnedt o Adorno. Sobre todo, porque la crítica de estos está dedicada a una realidad más próxima al alumno.
ResponderEliminarComo bien dices, habría que partir de los contemporáneos para llegar a la base y origen filosófico de todo pensador, que son sus referentes clásicos, medievales o moderno.
Que grandes los Monthy.
Me alegra saber que coincidimos. La posición mayoritaria de los cenáculos filosóficos suele ser la contraria. Qué le vamos a hacer. Siempre nos quedará los Monthy Python. Saludos.
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