miércoles, 10 de junio de 2009

Arte a todas horas (2) Antonio Münzenmaier

Hay personas que están dotadas de un especial talento para unas cosas o para otras (y unos pocos para más de una). Entre la interminable lista de posibles talentos siempre me ha fascinado el que tiene que ver con la expresión plástica. Esta requiere, sobre todo, de una especial capacidad para la observación y el análisis. La técnica es algo que viene después y que al fin y al cabo no es sino un aprendizaje. Una de las primeras personas que conocí con este talento especial fue Antonio Münzenmaier. Estudiamos en el mismo colegio (Colegio San Agustín de Los Realejos) aunque él era un par de cursos mayor que yo. Los dibujos de Antonio eran célebres entre el alumnado. Y, ya desde entonces, eran muy poco convencionales. Resultaban, eso no lo sabía por entonces, un híbrido entre las Pinturas Negras de Goya y los comics underground de los 60 y 70. Aparecieron incluso algunos imitadores entre los compañeros y puede decirse que, en cierto sentido, Antonio, sin proponérselo, creó una pequeña escuela. A principio de los 80 Antonio realizó un par de murales en el Colegio, verdaderamente atrevidos para la época. En uno de ellos un monstruo verde y viscoso sostenía a un pequeño vástago en sus manos igualmente repugnante. Las malas lenguas decían que la cara del monstruo se parecía sospechosamente a la cara del director del Colegio.
Antonio siempre fue un chico callado y reservado. Parecía que toda su necesidad de comunicación y expresión la guardaba para su pintura. Y su pintura era un volcán de sensaciones. Su primera etapa, me atrevería a decir, era muy provocadora. Casi se podría pensar que su objetivo era indisponer a los espectadores bien pensantes. El pasado año acudí a la penúltima exposición de Münzenmaier, una serie de desnudos femeninos, y aunque se trata de la obra de un artista maduro siempre creo adivinar esa pulsión, esa mirada juvenil y transgresora. Me declaro un admirador de su obra y uno de los grabados suyos que poseo lo guardo como un pequeño tesoro.

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