jueves, 8 de septiembre de 2011

El Catalejo (29) Nuestros amigos los políticos (ricos)

Por lo visto Canarias ha logrado no rebasar el límite del déficit establecido a estas alturas del año. Algunos deben estar poniéndose medallas por este hecho en estos momentos. Lástima que tal proeza haya sido gracias al desmantelamiento del sistema educativo y a disponer de uno de los peores servicios sanitarios del Estado. Pero ¡los números son los números! ¡Y los mercados la nueva divinidad (una picadora de carne en realidad) ante la que se justifican todos los sacrificios y los holocaustos! Para el dogma neoliberal la contención del déficit, la reducción del gasto y, por tanto, de la inversión pública y el pago de los intereses de la bendita deuda es lo absolutamente prioritario. Ante estos objetivos se puede / debe sacrificar todo lo demás, incluido el bienestar de las personas, sobre todo el de las más desfavorecidas y que han cometido la atrocidad de haber nacido sin un buen patrimonio que les sirva de colchón frente a estos pequeños inconvenientes de nuestra economía capitalista. ¿Quién te mandó a ser pobre, a ver? Pero, ¡tránquilo! aunque nunca tendrás un Louis Vuitton al menos podrás ver la tele y jalear al Barça cuando gane. Las “medidas de ajuste” de las que hablan los tecnócratas no son otra cosa que más profesores en la calle y más cierre de ambulatorios. Cuestiones estas que poco le dicen a quienes tienen su nivel de vida asegurado. Y si no moléstense en consultar el patrimonio y los ingresos (declarados) de sus señorías, nuestros bien amados diputados, que acaban de hacerse públicos. Como pueden imaginarse no estamos hablando de mileuristas precisamente. Desde hace ya bastantes lustros se estableció que un cargo público debería cobrar un sueldo digno y adecuado con el fin de que no fueran únicamente los ricos los que pudieran dedicarse a este noble oficio. Pero, qué curioso, que al final vuelven a ser los señoritos los que copan la mayoría de los puestos. En Canarias tenemos ejemplos, incluso, de casos en los que papá millonario le monta un partido a su hijito ocioso para que juegue a la política y de paso defienda los intereses familiares. Para más inri hijito se lía a la cabeza la manta de la canariedad y de la cosa social. ¡Y hay gente que les vota y todo! Está claro que una buena chequera obra milagros. Pero ¿estos son los políticos que van a defender lo público y apuntalar lo que quede del sistema del bienestar?

2 comentarios:

  1. Es una pena que recorten la educación pública. A pesar de que el sistema educativo mantenga las desigualdades de clases, en donde tan solo unos pocos pobre consiguen cambiar su posición social. También es verdad que proporciona la educación imprescible para desenvolverse en nuestras sociedades del conocimiento.
    Me llama la atención como es posible que el vecino de al lado de mi casa teniendo dos hijos o más y sin una fuente de ingresos considerable viva tan tranquilamente. No acude a ninguna manifestación ni tampoco se le ve interés en cambiar nada. Lo curioso es que mucha gente viven en la misma situación que mi vecino y apenas se mueven de su sofa para lograr unas metas colectivas. ¿ Qué nos está ocurriendo? ¿ En que momento nos hemos vuelto tan individualistas y egoistas? ¿ Por qué hay tantos pobres gorrones?
    saludos

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  2. No se me ocurre más que una solución "filosófica", la de poner nuestro sistema de valores sobre otras bases, o de lo contrario, acabaremos machacados amen de aborregados (que el poder siempre cree manejar rebaños). A mi me funciona y me lo paso mucho mejor que antes. Ay si te dijera las cosas que valoro.... bueno si, puede que tu si me creyeras. Beso.

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