Decía Marx que una de las formas de alienación de los trabajadores es impedirles que se comuniquen entre ellos en el trabajo. Ahora que los vientos educativos, con la Aguirre a la cabeza, soplan en la dirección de reducir la actividad docente a prácticamente las horas lectivas esto se va a convertir en un sepulcro blanqueado. Dentro de una perspectiva tecnócrata los profesores no tienen nada de qué hablar, únicamente aplicar las programaciones y protocolos que les vienen dadas. Todo lo demás son zarandajas y pérdidas de tiempo que no van a ser financiadas con dinero público. En cualquier caso, para eso ya están las sesudas mentes pedagógicas que trabajan para los gestores de lo público, a parte de ver por dónde seguir metiendo la tijera, en emitir decretos a destajo que, generalmente a destiempo, aumentan todavía más la confusión del personal. Por eso no es de extrañar que en los pocos huecos que van quedando el profesorado aproveche para compartir sus dudas, temores y desconciertos, a veces de manera vehemente y deslavazada. Lo peor, sin duda, es que una parte importante de los docentes han terminado por interiorizar que esto no tiene salida. Una vez que la formación ha quedado reducida en gran parte a programas de teleformación, cuando la mayorías de las horas complementarias que van quedando están destinadas a guardias (una especie de vigilante de grandes almacenes sin porra ni esposas), o a partir de que la prioridad absoluta sea que un grupo de alumnos no se quede sin un profesor en el aula (aunque la cosa consista en que el profe de inglés les reparta unos ejercicios que casi nadie hace) entonces empieza a ser difícil seguir hablando del compromiso del profesor con su profesión. Para cerrar el círculo ya se han ocupado (los supuestamente encargados de defender la enseñanza pública) de difundir la idea de que la profesión docente es una especie de vacaciones permanentes remuneradas. Esto no tiene remedio mientras el profesorado no se empodere de nuevo, mientras no se decida a protagonizar el verdadero cambio educativo que todo el mundo reclama y nadie sabe o quiere cómo hacerlo, mientras no se decida a hablar sin tapujos ni complejos de todo aquello que le afecta y constituye el núcleo de la imprescindible y noble tarea de enseñar.
Te imaginas que para empoderarse el profesorado tuviera que tomar la regla y ponerse a repartir reglazos. Eso si que sería un empoderamiento real absolutamente impresentable en los tiempos que corren. En fin, mejor no seguir pensando.
ResponderEliminarLos colegios deberían tener anexos de oficios diversos, duros a ser posible, donde mandar a los malos estudiantes durante un tiempo prudencial, el justo para que les compensara atender en clase. Beso.
En mí opinión, el concepto de alienación docente es desorbitado. Creo que Marx se refiere principalmente con el concepto de alienación a las condiciones embrutecedoras que sufre el obrero por los efectos de una excesiva división del trabajo manual. Se puede comprender que el docente se encuentre separado de la planificación y la ejecución en su trabajo. Pero ustedes no pueden aspirar a tener derecho de cátedra. La enseñanza en los institutos está dirigida, principalmente, a menores de edad. Este colectivo al carecer de un desarrollo adecuado de la capicadad de juicio (en derecho: no emancipado) solo existe la posibilidad de que la educación sea consensuada a través de programas en los cuales intervienen distintos agentes sociales (padres, profesores,etc). Sin embargo, debido a que las luchas que se producen en el campo educativo están mediadas por relaciones de poder. En donde, por desgracia las clases con mayor capital acumulado son las que acaban imponiendo como legítima su cosmovisión y particular modo de vida sobre el mercado educativo. Consideró necesario que el profesorado, aunque sea de forma ilegítima, eduqué bajo los valores socialistas; igualdad, colectividad, solidaridad. El docente podría aunque sea en algunas clases intentar acercarse un poquito a los hijos de los obreros usando un lenguaje que los represente (evitar la relación de imposición simbólica de una "cultura culta" frente a una cultura obrera).
ResponderEliminarPor otro lado, el partido popular según los sondeos cuenta con mayoría absoluta para las próximas elecciones. El principal motivo de está mayoría absoluta vendría explicado porque los españoles creen que es necesario que se realizen medidas de ajustes para que la economía se mejore. Pues bien, no estoy de acuerdo. Piensó que los recorter sociales van a empeorar la situación actual. Creo que la necesidad de privatizar y aplicar recortes sociales sobre el estado responde a los intereses egoístas de las clases sociales dominantes. Como ya no tienen por donde explotar, buscan a ver si con la excusa de la "crisis" podemos exprimir los derechos conseguidos por los obreros.
Un afectuoso abrazo,
Jorge
Yo me apunto a tu revolución, ya lo sabes!!! Por dónde empezamos??? Yo, para empezar le cortaría la cabeza a alguno que va de rey en la jerarquía escolar, sin darse cuenta que la ilustración y rebelión del Tercer Estado llama a su puerta!!! Vive la Terreur! Jajjaa, hasta miedo me doy jajaja
ResponderEliminarSí, estoy deacuerdo que los recortes abren una brecha pero, cuando no habían recortes ¿no es cierto, que la realidad supera la ficción y que el papeleo administrativo impide desarrollar una escuela más creativa y más adecuada al desarrollo del ser humano?. En fin, que tampoco era oro todo lo que relucía antes de los recortes. Una escuela que muchas veces se centra en enseñarnos a contener los miedos y a no avanzar con pasión en la vida.
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