Próxima ya a su clausura, la exposición “Óscar Domínguez, una existencia de papel”, llevada a cabo en el TEA (Tenerife Espacio de las Artes), ha constituido un éxito histórico. Los promotores de la misma han logrado montar una muestra que nada tiene que envidiar a cualquier otra organizada por los principales centros de arte europeos. Lo cierto es que ésta era, a pesar de la corta existencia del TEA, una exposición obligada y esperada. Como todo el mundo sabe, la intención original del Cabildo de Tenerife era que este centro de arte llevara el nombre de nuestro pintor más internacional, Oscar Domínguez. Inicialmente iba a llamarse IODAC (Instituto Oscar Domínguez de Arte Contemporáneo) pero en una decisión un tanto incomprensible fue sustituido por el descafeinado, pero muy cargado de teína, nombre actual. Algunas malas lenguas apuntaron a un cierto complejo de última hora respecto a la altura artística de nuestro reivindicado Domínguez. El Cabildo llegó a adquirir, en aquellos años de bonanza económica, obras de este pintor con el propósito de dotar al centro de unos fondos mínimamente representativos. Desde luego este pintor surrealista afincado en París vivió a la sombra de los grandes monstruos de su época, Dalí, Ernst o Magritte. Pero casi sin lugar a dudas Oscar Domínguez dio ese salto internacionalista que tuvo como corolario uno de los momentos más fructíferos de la actividad artística en Canarias: la Gaceta de Arte o la segunda exposición surrealista celebrada en el Ateneo de Santa Cruz de Tenerife en 1935, al que acudiera nada más y nada menos que el apóstol de este movimiento artístico, André Breton. Soy de los que cree que Domínguez reúne méritos suficientes para que el referente artístico de la isla de Tenerife lleve su nombre, cosa que esta magnífica exposición vuelve a poner de manifiesto. Pero, en fin, esta es una polémica, al parecer, cerrada. Hay que felicitar a su comisario, Isidro Hernández, por haber conseguido plasmar el contexto cultural e histórico en el que se inscribe el pintor. Varias de las salas muestran un diseño atrevido y sugerente y el efecto final que transmite es la de una exposición verdaderamente insuperable.
PD: casi como bonus track de la exposición de Óscar Domínguez, nos encontramos con el montaje de la feliz sociedad formada por los pintores Martín & Sicilia. Su muestra Black Friday te permite, por ejemplo, vivir toda una aventura detectivesca en un desguace de coches. Y si no vean la fotografía de abajo.
Es una maravilla de exposición, vale la pena visitarla. Yo también le doy la enhorabuena a su comisario porque es fantástica. Los que no la hayan visitado aún, que vayan corriendo a verla, es una gozada. Damián, apoyo lo que planteas en este post.
ResponderEliminarÓscar Domínguez in Silence (Suicidios Ejemplares)
ResponderEliminarhttp://silence-silencers.blogspot.com