sábado, 27 de agosto de 2011

El Catalejo (27) El contrato esclavo


Españistán. 27 de agosto de 2012. Después de que la medida, tomada no hace mucho tiempo, de acabar con los contratos fijos e indefinidos, no diera apenas resultados positivos en cuanto a la creación de empleo, el Ministerio de Trabajo acaba de poner sobre la mesa una propuesta calificada por muchos como “revolucionaria”. Se trata del denominado “contrato esclavo”. Esta nueva modalidad de empleo supondrá que el empresario que lo desee a partir de ahora podrá “contratar” a cualquier persona (mayor de 18 años al menos en una primera fase) a cambio de la manutención y, si hiciera falta, el alojamiento (considerándose como tal establos y cuartos trasteros). Por supuesto, no habrá limitación horaria ni contrapartidas de ninguna clase, elementos que, a juicio de los expertos, suponían trabas innecesarias a la hora de la creación de empleo e introducían rigideces incomprensibles en el actual marco laboral. Los empresarios han acogido con entusiasmo la desaparición de las antiguas cotizaciones a la Seguridad Social, las vacaciones pagadas y toda la antigua normativa socializante y caduca. En el futuro podrán contemplarse algunas innovaciones, como la de administrar pequeñas torturas (siempre con una finalidad pedagógica y ejemplarizante) o la de utilizar al trabajador para tareas domésticas y otros fines de carácter lúdico. Algunos economistas han vaticinado que de esta forma podrá alcanzarse el “pleno empleo” (por utilizar la antigua terminología) y, lo que es más importante, “tranquilizar a los mercados”. El Ministro de Trabajo, ha declarado a su vez: “prefiero un esclavo a un parado” y ha expresado su confianza en que los agentes sociales, especialmente los sindicatos, entenderán que la coyuntura económica por la que estamos pasando requiere de medidas imaginativas y atrevidas que supongan la modernización de las estructuras laborales del país.

1 comentario:

  1. Cuando nos damos cuenta que nacer ya supone el pasaporte a la esclavitud es cuando algunos nos rebelamos, pero podemos hacerlo porque la mayoría no son conscientes de ello. Beso.

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