jueves, 23 de agosto de 2012

Gene Kelly que también estás en los cielos.


Gene Kelly hubiera cumplido hoy cien años. ¡Cien años! Me sorprende de entrada que uno de mis más admirados personajes tenga edad, que no sea un personaje fuera del tiempo, anclado permanentemente en los 40 años que tenía cuando rodó “Cantando bajo la lluvia”. Quizás no fuera uno de los mejores actores de su época pero como bailarín, como productor y como artistas nos legó un puñado de películas inolvidables. Al clásico indiscutible ya mencionado, habría que añadirle una de mis favoritas: “On the Town”, un musical que marcó época y que fue de los pioneros en salir a la calle y abandonar los decorados de cartón piedra. O ¿qué me dicen de “Un americano en París” y sus números inmortales? ¿Quién no se ha puesto a tontear alguna vez con un paraguas bajo la lluvia o ha esbozado alguna mala imitación de claqué? Yo sí, aunque con resultados, evidentemente, desastrosos. Frente al acartonado y excesivamente atildado Fred Astaire, Kelly sigue resultando un tipo moderno, atrevido, acróbata (no en vano estaba dotado de una fuerza y elasticidad excepcionales). Supo retirarse a tiempo y pasar a segunda fila cuando ya el cuerpo empezaba  a no estar para grandes alegrías. Era un obseso perfeccionista y exigía que los números musicales se ensayaran hasta la extenuación. El “pobre” Frank Sinatra lo pasaba fatal con él, no en vano era un tipo más proclive a vivir de su carita que a meterse a un maratón de ensayos entre pecho y espalda.
Llevo tiempo intentado encontrar alguna bibliografía en español sobre Gene Kelly, pero ¡nada! Ni siquiera con la excusa del centenario, como suele pasar en otros casos, parece haberse movido la cosa. Así que si algún lector tiene noticia de ello este humilde bloguero le estará muy agradecido. Reconozco que Kelly era un tipo que me causaba, y lo sigue haciendo, una profunda admiración. Gestualmente apenas iba más allá de esbozar su característica sonrisa marcada por esa cicatriz suya de la mejilla. Pero cuando se ponía en movimiento…  A mí esta movida de los grandes musicales siempre me ha parecido el género más fascinante del séptimo arte. Incluso he llegado a pensar que si convirtiéramos la existencia en un gran musical otro gallo nos cantaría (o nos bailaría). Gene Kelly que estás en los cielos, márcate unos pasos y alégranos esta maldita y mediocre existencia dominada por peperos y mercadeos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario