lunes, 30 de julio de 2012

Agustín en la librería


A pesar de que me he propuesto firmemente limitar mis visitas a los grandes centros comerciales hace poco me tocó pasar por la picadora de carne. Tengo, además, la mala costumbre de detenerme un rato en la zona dedicada a los libros, con la esperanza de que el responsable de la sección haya tenido un desliz y se le haya colado algún título interesante. Pues bien, en esta última ocasión no pude por menos que fijarme en un episodio, seguramente, de lo más común. Un tipo que muy bien podría estar en la cincuentena y que a juzgar por el paso que llevaba atravesaba la librería (por llamarla de alguna forma) sin mucho ánimo de detenerse en ella se paró en seco justo al lado mío. Cogió un libro y le gritó a la que podría ser su esposa que iba un poco más adelante:  -“¡Mira!, ¡el libro de Iker Casillas!” La mujer, sin detenerse si quiera, le contestó: “¡Pídelo para Reyes, Agustín!”.  El hombre se quedó un rato hojeando el libro y con una cierta carita de pena lo dejó de nuevo en el expositor pensando, probablemente, que aún quedaba unos cuantos meses para la cita con su ídolo. No pude evitar que algunos pensamientos improcedentes acudieran a mi cabeza: ¿qué esperaba encontrar Agustín en ese libro?, ¿la típica historia del chaval de barrio que llega a estrella del fútbol?, ¿una historia extraordinaria, glamourosa, edificante? Imposible saberlo. ¿Se le pasará a Agustín por la cabeza la idea de que un libro sobre el portero más famoso del mundo no es sino un producto de merchandising entre muchos otros dentro de la línea comercial de un club de fútbol?, ¿leerá otra cosa este hombre? Por cierto, ¿trabajará?, ¿estará en paro? Suponiendo que su situación laboral o personal fuese afortunada, es de esperar estadísticamente  que en su entorno habrá casos complicados. ¿Sabrá Agustín lo que es la “prima de riesgo”?, ¿habrá participado en alguna protesta social en los últimos meses? Y, por otro lado, ¿qué habrá votado Agustín? –si es que no formó parte del tanto por ciento de abstención.  ¿Le preocupará a Agustín el futuro de nuestras islas?, ¿las prospecciones petrolíferas, la degradación democrática, la corrupción?- por poner solo algunos ejemplos. Esperemos que los Reyes Magos se acuerden de Agustín.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario