jueves, 3 de mayo de 2012

Aborregamiento

¿Qué está pasando?, ¿qué puede ocurrir?, ¿hacia dónde nos dirigimos? Intentar una mínima aproximación a alguna de estas cuestiones supondría toda una temeridad. Sobre todo porque vivimos en un mundo y en un momento extraordinariamente volátil. Pero en una cosa sí podemos estar de acuerdo. Esto no aguanta dos telediarios, ¿o sí? Casi seis millones de parados (un 30% en Canarias) supondría en cualquier otro país europeo un estallido social de consecuencias imprevisibles. Pero en este solar nuestro la gente aguanta lo que le echen. ¿Economía sumergida?, ¿solidaridad familiar?, ¿o simple aborregamiento? Thats the question, dear! Algunos focos de insurrección, como el 15 M del que estamos apunto de cumplir el primer aniversario, mostraron su potencial pero también sus profundas debilidades. La esperanza de un movimiento ciudadano espontáneo, fresco y reivindicativo dio paso a la sensación de que hace falta más articulación y organización para hacer frente a un sistema que se las sabe todas y que juega con una ventaja abrumadora. Los que detentan el poder tienen claro que es es cuestión de esperar sentados y a que la liga de fútbol haga el resto. No más. Acampar en una plaza durante días o semanas solo está al alcance de unos pocos incombustibles (que los hados los tengan en su gloria). Pero si se trata de guerras de desgaste la ciudadanía tiene poco que hacer.
Habrá que pensar en otras soluciones. Estos días ha llamado poderosamente la atención el hecho de que en Cataluña muchísima gente se haya plantado frente al pago de las autovías que consideran injusto. ¿Se imaginan esta medida extendida a otras situaciones?, ¿descontar el porcentaje correspondiente en el pago de impuestos respecto a lo que se gasta en Defensa o en las asignaciones a la Iglesia? Esto por poner solo unos ejemplo a vuela pluma. O ya puestos a soñar, que es gratis, ¿el abandono masivo por parte de los consumidores de las grandes superficies comerciales?, ¿votar abrumadoramente a partidos minoritarios y antisistema? No sé, ¿quién da mas? Lo cierto es que otro año en este plan es como para ponerse a hacer política ficción. He oído cosas como que la destrucción de la clase media supone la antesala de una guerra civil. Desde luego, no será para tanto pero es previsible que episodios como los del jubilado griego que se pegó un tiro en una plaza pública empiecen a proliferar. Se nota una sensación depresiva en el ambiente, como si fuera la antesala de algún estallido de psicosis colectiva. Mientras esto ocurre, el Consejo de Ministros de los viernes se afana en colar todas las medidas habidas y por haber con el fin de aplicarnos una llave de lucha grecorromana y dejarnos tan morados como una berenjena. Y, por cierto, ¿conoce alguien a algún votante del PP, de los que tenían la receta mágica para salvarnos de la quema?

3 comentarios:

  1. ¡Al ataqueeerrrrrrrr!
    jajaja, fuera de coña, Dami... Pido la insurrección más absoluta desde yaaaa... Y a la de tres!!!
    Se puede empezar por el no-consumismo, siguiendo por la huega sin fútbol, luego por la liquidación de tarjetas y vaciado de cuentas bancarias, luego por el encadenado y las sentadas frente a las delegaciones del gobierno... También otra huelga general, pero de parálisis total...

    P.D. Personalmente si no tuviera a mi retoño (que ya me acompaña a algunas manifestaciones jeje), ya me hubiera enfrascado en algún tipo de guerrilla urbana quemabancos jajaja

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  2. Bea, leyendo lo de huelga sin fútbol compruebo que verdaderamente has pasado a una fase insurreccional. Tendrás que contarme algún día los detalles de ese interesante proceso a ver si lo podemos generalizar entre las ovejas, jajaja.

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  3. pues.... SI, conozco a varios votantes del PP que tienen soluciones desde su perspectiva. Las soluciones no son otra cosa que perspectivas. Ninguna inocente. Lamentablemente no hay solución universales creíbles, ninguna a la par que el en ámbito político compartimos ideologías enfrentadas que son como las distintas varas del cabrero. Algunas te golpean por la derecha, otras por la izquierda( aunque ambas creen en el escenario absoluto de la política y sus coordenadas). ¡Pobres ovejas adocenadas y multiapaleadas! La pregunta, es, amigo Damián, . Me suena a: ¿cuál, de estos modelos, expresa o coincide mejor mi perspectiva?, ¿cuál me propone un futuro en sintonía con mis expectativas y mejor comprensión de las cosas?

    Un quiebro de cintura en clave anarquista me parece necesario para eludir la llaves de karate que el “sistema”, perdóname el concepto a modo de breviario, te lanza, incluido los que creen que hay una propuesta política verdadera alternativa. Tan peligroso es el PP como los antiPP. Ambos creen en la biblia de la política. Para solucionar esto debemos jugar a otro juego.

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