¡Señoras y señores!: ¡la gran feria de los recortes está a punto de comenzar! Si creen que lo han visto todo no saben lo que les espera. Ajustar y recortar está de moda. Aunque lo que se ajuste y se recorte sean las vidas de las personas. ¿Que usted no puede permitirse pagar el transporte no urgente con el que va a diálisis?, ¿que a su niño con problemas de aprendizaje lo van a meter en un aula masificada?, ¿que usted nunca sabrá con certeza si mañana va a seguir trabajando puesto que ese lujo (que no ya derecho) dependerá, prácticamente, del humor del empresario? ¿Y qué? ¿Quién le ha dicho que usted es importante?
Aquí lo único que interesa es que la prima de riesgo baje de los 400 puntos y que al ministro de economía no lo abronque su homólogo alemán. ¿Se ha parado usted a pensar en lo mal que lo debe estar pasando nuestra clase política?, ¿cree usted que se puede dormir tranquilamente pensando que te puede llamar Merkel en cualquier momento para gritarte al oído como podría hacerlo un general de la Wehrmacht? Desde luego, somos muy poco solidarios con estos pobres ministros que tras el Consejo de los viernes se ven en la penosa tarea de acogotarnos un poco más si cabe.

Así que si no fuéramos tan mezquinos tendríamos que estar agradecidos por nuestra nueva condición de sujetos ajustados y recortados. No somos conscientes de que nuestro gobierno se ha propuesto eliminar toda la grasa sobrante del sistema. ¿Qué se queda uno anémico? Bueno, ¿qué importancia tiene eso con el tipito que se nos va a poner? Y si la gula nos puede siempre podremos acudir a algún comedor social, a algún centro de Cáritas en el que unas caras amables y piadosas nos atenderán gratuitamente (al menos por ahora). También existe la posibilidad de coger alguna patera. Pero no se preocupe: a nosotros, pueblo orgulloso y descendientes de conquistadores, jamás nos tratarán como lo hicimos con esos pobres africanos que no hace mucho llegaban a nuestras costas con la esperanza de una vida mejor. A nosotros, europeos de noble estirpe, nunca nos negarán la sanidad ni los servicios básicos como acaba de hacer nuestro gobierno con los inmigrantes irregulares. Así que no hay de qué preocuparse. Hágase fan de la portavoz de la grey gobernante y celebre feliz y confiado las últimas ocurrencias con las que nos van a dejar más tiesos que la porra de un guardia.
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