domingo, 22 de abril de 2012

Intocable


Hay películas que permanecen en la memoria mucho más allá de los cinco minutos posteriores a la salida del cine, que tienen la cualidad de insuflar una buena dosis del suero que todos necesitamos para seguir viviendo. Y una se estas películas es la francesa Intocable. La historia del tetrapléjico megamillonario y refinadísimo Philippe y de su cuidador a domicilio, un inmigrante negro y excarcelario, Driss, adaptada de un hecho real, tenía que dar necesariamente para mucho. Uno de los grandes aciertos de la película es haber adoptado un enfoque de comedia porque puestos a hablar de tetraplejias lo más usual (con todo el motivo) es tener como referente Mar adentro. Y el otro de los aciertos es la pareja de actores, François Cluzet y Omar Sy, que devoran, literalmente, la pantalla con dos interpretaciones memorables y llenas de complicidad. Dicho esto, se podría también plantear, en un alarde de criticismo puntilloso, un análisis de clase. Solo un tipo como Philippe, que goza de tal nivel de vida, puede permitirse semejantes aventuras. Podemos imaginarnos la vida de cualquier tetrapléjico con una mísera pensión asistencial, sufriendo esas crisis nocturnas sin un cuidador que lo pasee por la ribera del Sena. No hay en la película ningún cuestionamiento de ese estado de cosas y en ciertos momentos cae, quizás, en ciertos estereotipos de clase. Pero, Intocable, es un film al que te apetece perdonárselo todo. La sensación de haber sido partícipe de una historia de auténtica amistad, de amor sublime, de superación humana, de sana irreverencia, es auténtica. En el balance final se impone clarísimamente el mensaje vitalista y el enfoque humanista que trasciende las posibles objeciones. Hay veces, incluso en situaciones extremas, en que la vida se impone a través del más mínimo resquicio. También para ello es necesaria una buena dosis de humor sin el cual la existencia puede llegar a ser insoportable. La película se asienta en estos dos pilares y como estos resultan ser una parte importante de los cimientos sobre los que se sostiene el edificio de la vida humana encontramos aquí otra de las claves de su rotundo éxito. Está acreditado que aquello que permanece es lo que habla de lo universal de la condición humana y los caminos para ello son infinitos e insospechados. Intocable contribuye a esta necesaria reconciliación con la vida de uno y la de los demás. Nos invita a disfrutar del momento y nos interroga por lo esencial de la vida. Así que si aún no la ha visto hágase un regalillo con ella.

1 comentario:

  1. No me la perderé.Son temas recurrentes pero,en verdad,los importantes en la vida.

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