domingo, 12 de julio de 2009

Cine a solas (4) Jesuchrist Superstar

En estos momentos en lo que me repongo de una inoportuna enfermedad (en realidad no conozco ninguna que sea oportuna, quizás me refiera a lo del verano) nada mejor que ponerse un musical hippie para subir un poco el ánimo. Mi preferido, indiscutiblemente, es Jesuchrist Superstar (aunque Hair no queda lejos). Presentado en su día como una ópera rock sus piezas musicales estaban firmadas por el prolífico Andrew Lloyd Webber. Fue presentado como un musical de Brodway en 1970 y dio el salto al cine en 1973. Desde el principio fue una apuesta innovadora y, para muchos, provocadora. Presenta a un Jesús humano desde la perspectiva de un Judas Iscariote no menos atormentado. El triángulo principal lo cierra María Magdalena que se muestra como lo que seguramente fue si de verdad existió Jesús como personaje histórico: su amante.
Los números musicales son a día de hoy auténticos clásicos. Confieso, sin embargo, que prefiero la versión española. No es puro chauvinismo. Pero en una improbable competición Camilo Sexto ganaría por KO técnico a Ted Neeley, Ángela Carrasco a los puntos a Yvonne Elliman y solamente Teddy Bautista tendría dificultades con Carl Anderson. Incluso la banda en la versión española me parece con más fuerza y empuje que la norteamericana. Todo esto desde la perspectiva meramente musical ya que nunca llegué a ver el musical en la versión española.
La escenografía de la película sigue siendo rompedora, aunque pensemos que la estética hippie resulta hoy un tanto añeja. En uno de estos experimentos que me gusta hacer con el alumnado de vez en cuando les puse recientemente a un grupo de bachillerato unos fragmentos: la llegada del grupo en una destartalada guagua al comienzo de la película, la histriónica escena de Herodes y la intervención final de Judas. La reacción primera fue de asombro. En realidad pensaban que les estaba tomando el pelo. Alguno conocía el estribillo principal del film, otro recordaba que en un barrio habían hecho una versión y poco más. Ninguno sabía del trasfondo transgresor de la película (según la perspectiva de la iglesia oficial, claro) y mucho menos podían imaginar que tuviera esa estética y escenografía tan peculiar. Al final, terminaron encantados y con un punto más de vitalidad en sus venas. Siempre me hubiera gustado, además, interpretar en alguna versión coral el papel de Caifás, adecuado para un buen bajo, o el de alguno de los componentes del Sanedrín. A falta de tal oportunidad habrá que conformarse con imitar algún paso de baile o cantar aquello de “Siempre desee ser un apóstol…” (curiosa afición para uno no creyente como yo).

1 comentario:

  1. LO mas interesante es la frase final del post: "curiosa afición ... ". LA creencia consciente frente la evidencia del inconsciente. Eterno tema. La gramática cristiana oculta que valora y transvalora.El obamizado Tedy BAutista, bautista...

    Para mi gusto, falta más procesiones en la versión original que parecen muy hipies, impregnada de sensibilidad casi sueca. Las Versión española, rítmica y trascendente. Se echa en falta los clarinetes de las bandas de música y las quintas desafinadas de las trompetas para expeler las dosis de cristianismo mínimo para la postmodernidad. Es una opinión ... .

    Hablando de religiosidad prefiero el blues.

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