Uno de los principales itinerarios que suelo hacer cuando viajo es el libresco. En la medida en que la capacidad de carga y de pecunio me lo permiten suelo darme algún que otro atracón. Uno de los momentos más entrañables lo viví en la Plaza Nueva de Bilbao, un domingo por la mañana, en pleno mercadillo. Entre corros de hombretones que compraban cromos de jugadores de fútbol de todas las ligas posibles, había también algunos puestos de libros en los que se podía practicar el buceo de profundidad. Compré varios ejemplares de Espasa Calpe, curiosamente todos editados en Bueno Aires: Unamuno: “Recuerdos de niñez y mocedad” (1952), Julián Marías: “La Filosofía Española actual” (1948) centrado en Unamuno, Ortega y Morente; Manuel de Falla: “Escritos sobre música y músicos” (1950), Héctor Berlioz: “Beethoven” (1951). También en esta plaza adquirí una curiosa biografía escrita por John Vandercook: “El Rey de Haití” (Rialp 1955) sobre Henri Christophe, autoproclamado rey en 1806. Conseguí un librito de Stefan Zweig: “Los ojos del hermano eterno” (Apolo 1938) con portada de tela y por la fecha seguramente de las últimas ediciones de la Barcelona republicana. Por último adquirí un ejemplar de la revista “Victory” editada por la Oficina de Propaganda de Guerra Norteamericana en 1944. En otro mercadillo de Bilbao, en el Paseo Campo de Volantín, compré una autobiografía de John Steinbeck: “Una vez hubo una guerra” (Caralt 1985) y un libro de historia de la ciencia de Gerald Messadié: “Grandes descubrimientos de la ciencia” (Alianza 1999). En el Museo Vasco de Bilbao conseguí curiosamente una guía de la Casa Museo de Ana Frank en español: “Ana Frank, una historia vigente” (1996). El Museo de Bellas Artes de Bilbao, uno de los más importantes de su género en el norte de España, fue el lugar donde, aparte de la guía correspondiente, adquirí un ejemplar de Sylvia Martín: “Futurismo” (Taschen 2005). En la Gran Vía bilbaina compré un libro de viajes de Alvaro Colomer: “Guardianes de la memoria” (MR 2008) y una más que recomendable reflexión sobre el arte contemporáneo de Sarah Thorton: “Siete días en el mundo del arte” (Edhasa 2010). La ineludible visita al Guggenheim reparó la adquisición de un ejemplar sobre uno de los artistas (genial, por cierto) que expone en este momento y escrito por Eva Fernández: “Anish Kapoor” (Nerea 2006) y una guía: “Richard Serra, la materia del tiempo” (Connaissance des Arts. París 2006). Una excursión a Gernika reparó la inevitable adquisición de un estudio sobre el horroroso acontecimiento de la Guerra Civil: “El bombardeo de Gernika”, (Gernikazarra 2005) que se añadirá a otros que tengo sobre el mismo episodio. En Donostia, en una de las librerías de la cadena vasca Elkar, compré un libro que andaba persiguiendo desde hace tiempo: W.G. Sebald: “Sobre la historia natural de la destrucción” (Anagrama 2005) y me encontré con una sorpresa que adquirí sin pensarlo dos veces, Umberto Eco & J-C Carriere: “Nadie acabará con los libros” (Lumen 2010). En el Oceanográfico de Donostia, aunque no entré en el mismo, en su tienda compré un catálogo titulado “Urdaneta en su tiempo” (Soc Oceanográfica de Gipúzcoa 2003).
De paso por Burgos paré en una librería del paseo del Espolón donde compré el último de los premios nacionales de narrativa, concedido a Kirmen Uribe: “Bilbao, New York, Bilbao” (Seix Barral 2010), a ver qué tal. Una visita al Centro de Arte Caja de Burgos (buen espacio expositivo, por cierto) me deparó otra agradable sorpresa, la simpática recepcionista me regaló un catálogo de Marcel van Eeden: “The archaeologist” (Centro de Arte Caja de Burgos 2007).
En Madrid, la inevitable visita a la mega librería de un centro comercial de la Puerta del Sol reparó la compra de Christopher Horrocks: “Baudrillard y el milenio” (Gedisa 2004) y de Germán Lopezarias: “El Madrid del ¡no pasarán” (La Librería 2007). En la Fundaxió La Caixa, aparte de la magnífica exposición de Miquel Barceló, adquirí uno de los catálogos del fondo de esta entidad: “Ex-Libris Modernistes” (La Caixa 1996). Un día lluvioso me impidió sacarle más partido a la Feria del Libro de la Cuesta de Moyano. Sólo tuve tiempo de adquirir un librito de Jacques Derridá: “Palabras de agradecimiento del premio Adorno” (UNAM. México 2001). La visita a la espléndida exposición sobre Gregorio Marañón en la Biblioteca Nacional tuvo como corolario la compra del catálogo correspondiente. En él se hace un recorrido por la intelectualidad española de la primera mitad del siglo XX. Ahora viene el “pos viaje”, el momento en el que hay que enfrentarse gustosamente con estas y otras adquisiciones que omito por no cansar al sufrido lector.
De paso por Burgos paré en una librería del paseo del Espolón donde compré el último de los premios nacionales de narrativa, concedido a Kirmen Uribe: “Bilbao, New York, Bilbao” (Seix Barral 2010), a ver qué tal. Una visita al Centro de Arte Caja de Burgos (buen espacio expositivo, por cierto) me deparó otra agradable sorpresa, la simpática recepcionista me regaló un catálogo de Marcel van Eeden: “The archaeologist” (Centro de Arte Caja de Burgos 2007).
En Madrid, la inevitable visita a la mega librería de un centro comercial de la Puerta del Sol reparó la compra de Christopher Horrocks: “Baudrillard y el milenio” (Gedisa 2004) y de Germán Lopezarias: “El Madrid del ¡no pasarán” (La Librería 2007). En la Fundaxió La Caixa, aparte de la magnífica exposición de Miquel Barceló, adquirí uno de los catálogos del fondo de esta entidad: “Ex-Libris Modernistes” (La Caixa 1996). Un día lluvioso me impidió sacarle más partido a la Feria del Libro de la Cuesta de Moyano. Sólo tuve tiempo de adquirir un librito de Jacques Derridá: “Palabras de agradecimiento del premio Adorno” (UNAM. México 2001). La visita a la espléndida exposición sobre Gregorio Marañón en la Biblioteca Nacional tuvo como corolario la compra del catálogo correspondiente. En él se hace un recorrido por la intelectualidad española de la primera mitad del siglo XX. Ahora viene el “pos viaje”, el momento en el que hay que enfrentarse gustosamente con estas y otras adquisiciones que omito por no cansar al sufrido lector.
Menudas vacaciones mas bien aprovechadas. Ya iras desgranando tus lecturas poco a poco, seguro. - Algun problema con el avion. Como estoy en Germanolandia este ordenata no tiene ni acentos, ni interrogantes, ni na. Tendre que esperarme una semana para escribir decentemente. Un abrazo y bienvenido.
ResponderEliminarMuy aprovechadas, emejota. Para un canario viajar siempre es una aventura. Mi aprehensión a los aviones últimamente la combato con psicotrópicos y,sobre todo a la vuelta, con la ilusión de hacer recuento de mis adquisiones. Un abrazo envidioso por lo de Alemania (tierra que me encanta).
ResponderEliminarAy a mi tambien, se vive de vicio, ya publicare cositas a la vuelta, de momento ando reeditando desde aqui lo que no leyo ni dios. Un abrazo.
ResponderEliminarDeberías recordar el pecado nacional : la envidia. ¿Cómo se te ocurre acarrear todos esos libros tú solo? yo podría echarte una mano por un módico precio... en especias, claro ;)
ResponderEliminarCordiales y Verdes de envidia Saludos.