miércoles, 19 de mayo de 2010

El Cazador de Libros (4) Sorpresas te da la vida

No suele ser habitual que uno se lleve sorpresas mayúsculas en cuestión de libros de saldo en su propio pueblo. Aunque estemos resignados a que el negocio haya quedado reducido a papelerías con algún expositor de libros, mi instinto cazador me suele avisar de indicios y pequeños cambios en los territorios habituales. Me ocurrió hace unos días que observé que habían colocado a la entrada de una librería, en la que suelo comprar el periódico y alguna que otra novedad, unos expositores con libros de saldo. Se trataba de restos de la colección de bolsillo de Alianza Editorial, Destinolibro o de la afamada colección Austral de Espasa Calpe, entre otras, a precios de 1 a 3 €. Esto me hizo sospechar que quizás eso fuese la punta del iceberg de algún fondo oculto y mayor. Como lo mejor en estos casos es no andarse con rodeos, abordé directamente a la dependienta sobre la cuestión. Mi condición de cliente y de comprador habitual de libros, rango este último prácticamente en trance de desaparecer, la animó a llevarme al almacén situado en la parte trasera de la tienda. Resultó ser éste un espacio tres veces mayor que el que ocupa la parte abierta al público. Y para mi asombro allí estaba el botín: varias e inmensas estanterías se levantaban ante mí con cientos de libros en stock. Libros almacenados durante años que apenas guardaban un mínimo de orden, muchos cubiertos con una fina capa de polvo, otros afectados de humedades, pero la mayoría de ellos aún con una más que notable salud. Por medio de la dependienta le dejé un recado al dueño de la librería: que me permitiera comprar directamente del almacén. Si tuviera que esperar a que aquellos expositores se fueran vaciando para que nuevos libros procedentes del almacén ocuparan el espacio vacío quizás tendrían que pasar otros treinta años para que viera la luz el stock completo. El caso es que jugaba con ventaja pues el dueño de la librería, aparte de profesor jubilado, había sido compañero mío en una coral. Lo tenía prácticamente en mis manos.
Y así fue. Al día siguiente obtuve gentilmente el placet para moverme a mis anchas en el almacén e invitar a quien quisiese. Me dije a mí mismo que tenía que aplicarme un principio de comedimiento, aparcar por un instante esta tendencia a convertirme en una ONG de los libros y ser muy selectivo, sobre todo porque mis limitaciones de espacio son ya verdaderamente alarmantes. El resultado fue, con todo, espectacular. Relato a continuación algunas de las piezas obtenidas:

'Muerto de perro' de Francisco Ayala (Alfaguara 1996)
'Epistolario' de Miguel Hernández. (Alianza 1986)
'El rayo que no cesa” de Miguel Hernández (Espasa Calpe 1977)
'La borra del café' de Mario Benedetti (Alfaguara 1996)
'Guad' de Alfonso García-Ramos (Interinsular 1983)
'Un dietario, 1921' de Josep Pla (Alianza 1986)
'Sobre los ángeles' de Rafael alberti (Alianza 1982)
'La soledad era esto' de Juan José Millás (Destino 2001)
'Greguerías' (selección 1910-1960) (Espasa Calpe 1990)
'Antología poética' de Luis Cernuda. (Alianza 2001)
'Wagner' de Charles Osborne (Salvat 1988)
'Falla' de Manuel Orozco (Salvat 1988)
'Arcadia todas las noches' de Guillermo Cabrera Infante (Alfaguara 1995)
'La fotografía en Canarias y Madeira” de Carlos Teixidor (Autoedición 1999)
'Fotografías de la Transición (1972-1988)' de Alberto Schommer. (El País-Aguilar 1996)
“Una vida presente. Memorias 2” de Julián Marías (Alianza 1989)
'Ludwig Wittgenstein' de Wilhekm Baum (Alianza 1985).
'La Institución Libre de Enseñanza II' de Antonio Jiménez Landi (Taurus 1987)
'Arte en Europa hacia 1492' de Camillo Semenzato. (Anaya 1992)
'Las iras de la Tierra' de Claude Allegre (Alianza 1989)
'El asunto Némesis' de David Raup (Alianza 1990)
'Orden y sorpresa' de Martin Gardner (Alianza 1987)
'Los que no hicimos la guerra. De Rafael Borrás (dir) (Nauta 1971)
'El mito de las conspiración judía mundial' de Norman Cohn (Alianza 1983)

A parte de otras piezas como libros ilustrados juveniles y alguna que otra joyita infantil. El más caro de ellos no pasó de 3'50 € siendo los de colecciones de bolsillo a 1 € ó 1'50 € como mucho. Sorpresas te da la vida...

3 comentarios:

  1. Placeres materiales que el intelecto sutil agradece. Me alegro un montón de tu botín, porque es lo que ha sido.
    Ya veo que estas "petao" de libros ¿Se te ha ocurrido hacer un par de baldas por todas las habitaciones de la casa a partir del techo, de forma que puedas aumentar la superficie de estanterías. Eso si no tienes una parienta que te lo impida. Tan solo te haría falta una escalera para alcanzar los libros. Suponiendo que midieras dos metros, que quedarían unos 50 cim aprox. hasta el techo.
    Ya ves, lo mio es la optimización del espacio, ah si te contara ... Un abrazo librero.

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  2. Tengo que hablar con las dependientas de la susodicha librería, a ver a cambio de qué te dan ese trato ;)
    Saludos

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  3. Vaya, Emejota, ¡el espacio!... ¡el espacio! hace tiempo que he renunciado a este concepto, en realidad y a no sé ni lo que significa. Panta, con una amplia sonrisa se consiguen muchas cosas, ja...ja...

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