Naomí Klein, una de las jóvenes intelectuales más importantes de estos momentos, autora del mundialmente conocido “No-Logo”, entre otras cosas, denunciaba en su libro “La doctrina del Shock, el auge del capitalismo del desastre” (Paidós 2007) cómo el nuevo liberalismo salvaje se aprovecha de escenarios de crisis y catástrofes para recortar derechos sociales e introducir nuevas medidas que beneficien sólo a los de siempre. Aunque es un libro escrito antes de la tan traída y llevada crisis económica mundial el análisis, no es que siga siendo válido, es que cobra aún más vigencia si cabe. Estamos asistiendo a una serie de medidas en nombre de la austeridad y del necesario recorte de gastos que en otras circunstancias no habrían tenido la oportunidad de hacerlo. A parte de los denodados esfuerzos de los capitostes del tinglado macroeconómico por “flexibilizar el mercado de trabajo” (por seguir utilizando este vil eufemismo) el pato en primer lugar lo paga la Cultura. No requiere de demasiadas dosis de imaginación recurrir al tópico demagógico y populista de que el dinero que se emplea en esta área debe ir a parar a ayudas sociales (así el político de turno queda, encima, como una especie de Robin Hood ante el potencial electorado). Un concejal o consejero de cultura que haga esta afirmación debería, en un acto de mínima coherencia, solicitar la supresión de su área con el fin de que las arcas de la administración se ahorren su sueldo y puedan destinarlo al mismo fin. Luego no tienen empacho en seguir al frente de una concejalía para gestionar la nada.
Esto viene a colación por la reciente decisión del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz (Tenerife), gestionado desde hace unos meses por Colación Canaria tras una moción de censura, de eliminar el Festival de arte en la Calle “Mueca” (entre otras supresiones) que se había convertido en un lugar de encuentro emblemático del municipio y de toda la isla. Nuestros afamados políticos aún no terminan de entender que la Cultura es también un polo de desarrollo económico fundamental, y más en unas islas como las nuestras basadas en la industrias turística y de la construcción. Ahora que se habla tanto de diversificación del sistema productivo me gustaría saber qué entienden algunos de nuestros sesudos representantes políticos por esto. ¿No será que están esperando a que todo esto pase para volver a las andadas? ¿no será que algunos no ven más allá de la economía del asfalto y del ladrillo? ¿no será que mientras tanto mejor nos aplicamos en desmontar lo que se considera un gasto innecesario que sólo interesa a cuatro neo-hippies y tres intelectuales de medio pelo? Esta gente, como muy bien avisaba Naomí Klein, parecen actuar siguiendo el manual. Desmontemos ahora que la ocasión nos viene al pelo que luego con el tiempo amaina el temporal. Han aprendido que toda medida impopular tiene, en su pico de máximo reflujo, de una vigencia de un par de semanas a lo máximo. Es cuestión de aguantar el embate que luego, cuando lleguen las elecciones, ya jugaremos al despiste como hay que hacerlo. Lo mismito que en sanidad y educación, oiga. Y si alguno se mosquea lo ponemos como un insolidario que no piensa en las familias que pasan hambre. Lo que no se atreven a decir es que si, precisamente, hay familias que pasan hambre no será, desde luego por el presupuesto que se destina, en este caso, a Cultura, sino por los desafortunados y erróneos planteamientos que, desde hace décadas, vienen aplicando aquellos que pertenecen a la misma cuerda de los que toman estas decisiones.
Esto viene a colación por la reciente decisión del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz (Tenerife), gestionado desde hace unos meses por Colación Canaria tras una moción de censura, de eliminar el Festival de arte en la Calle “Mueca” (entre otras supresiones) que se había convertido en un lugar de encuentro emblemático del municipio y de toda la isla. Nuestros afamados políticos aún no terminan de entender que la Cultura es también un polo de desarrollo económico fundamental, y más en unas islas como las nuestras basadas en la industrias turística y de la construcción. Ahora que se habla tanto de diversificación del sistema productivo me gustaría saber qué entienden algunos de nuestros sesudos representantes políticos por esto. ¿No será que están esperando a que todo esto pase para volver a las andadas? ¿no será que algunos no ven más allá de la economía del asfalto y del ladrillo? ¿no será que mientras tanto mejor nos aplicamos en desmontar lo que se considera un gasto innecesario que sólo interesa a cuatro neo-hippies y tres intelectuales de medio pelo? Esta gente, como muy bien avisaba Naomí Klein, parecen actuar siguiendo el manual. Desmontemos ahora que la ocasión nos viene al pelo que luego con el tiempo amaina el temporal. Han aprendido que toda medida impopular tiene, en su pico de máximo reflujo, de una vigencia de un par de semanas a lo máximo. Es cuestión de aguantar el embate que luego, cuando lleguen las elecciones, ya jugaremos al despiste como hay que hacerlo. Lo mismito que en sanidad y educación, oiga. Y si alguno se mosquea lo ponemos como un insolidario que no piensa en las familias que pasan hambre. Lo que no se atreven a decir es que si, precisamente, hay familias que pasan hambre no será, desde luego por el presupuesto que se destina, en este caso, a Cultura, sino por los desafortunados y erróneos planteamientos que, desde hace décadas, vienen aplicando aquellos que pertenecen a la misma cuerda de los que toman estas decisiones.
Toda la razon tienes, me ha gustado el articulo, lo peor esa culpabilizacion de quienes se atreven a sugerir que la supresion de estos eventos no tienen directa relacion con la falta de comida de las familias... sigo sin poder poner tildes!!!
ResponderEliminarEs desesperante pensar que a estos políticos los vota "una mayoría", o un apaño entre minorías. Me aterra la sociedad en la que van a vivir mis nietos, si es que llegan a mayores. Ya ves, hoy me debo sentir pelín pesimista. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPor favor : lo que necesitamos es una buena inversión en la televisión autonómica y crear una policía canaria.
ResponderEliminarY déjense de poner muecas ;)
Saludos